21 Abril 2007 a las 0:06 · De la sección Entrevistas
La fusión es una percepción fundamental para el existencialismo y la evolución de la música en nuestros tiempos. Visionarios o atrevidos, lo cierto es que Calaña aportan un nuevo giro a la concepción de la música embaucando al flamenco entre el rocanrol, con aportes de jazz y blues. Diferentes y conscientes de su potencial, a través del sello Muxik se presenta el homónimo primer trabajo de la formación navarra cuyos interlocutores, Domingo Calzado (voz y guitarra) y Mariano Medina (guitarra), nos acercaron en su visita a la capital su sin par propuesta.
Pese a presentar vuestro primer trabajo discográfico, para nada sois primerizos en esto de los escenarios y las canciones. ¿Quién es Domingo Calzado y cual es tu trayectoria en el mundo de la música?
Soy autodidacta desde el principio. Fue meter el hocico en cosas de flamenco que me gustaban hasta que he podido hacerlas, y luego conocer a la gente en la calle y tener la posibilidad de seguir haciendo conciertos, seguir creyendo en que puedes seguir haciendo bolos. No sé porqué tengo una historia que no me deja vivir de otro modo, tengo que estar en un escenario. Ahora estoy conociendo músicos, yo mismo estoy más preparado, pero llevo desde los 18 años en un escenario. Siempre autodidacta, pero mucho tiempo subiendo a un escenario con lo que ello implica. Vengo de hacer versiones del músico que te mola porque es tu ídolo, del que te gustaría ser como él, y a medida que te vas haciendo mayor vas conociendo más peña y empiezas a entender la música de otro modo. Ha sido el rollo de ser autodidacta y de seguir intentándolo incluso sin saber porqué. Pero no había tocado nunca con una banda de rock hasta ahora.
¿Cómo llegáis a conformar a vuestro alrededor una banda con músicos tan dispares estilísticamente hablando?
Domingo había hecho unos arreglos de flamenco con Marea. Alén es el batería de Marea. Nosotros empezamos a vivir juntos en esa época, empezamos a tocar y Alén se junto con nosotros a tocar en el Terminal, un bar de Pamplona que suelen ir grupos del ambiente, ese fue nuestro primer concierto. A partir de ese día, con un cajón y dos guitarras acústicas empezamos a tocar. A Alén le moló el rollito de intentar meter la batería, fue quién le puso el cemento a todo esto, porque nosotros podríamos seguir tocando en la calle. Nosotros somos un grupo de colegas, es tan importante que suene bien la música como que estemos bien los unos con los otros. Yo todavía no acabo de entender como hemos podido asimilar ser un grupo tan rápido, y que todos nos creamos todo lo que estamos haciendo. Alén es el cemento, Domingo es la carne, es la base flamenca que nos está enriqueciendo a todos nosotros, y los demás le ponemos los ojitos, pero con mucha libertad. Calaña seguimos siendo nosotros, pero me gustaría que se quedase la idea que pensamos que podría servir, que resulta para mi entrañable, que mi grupo se llamase Conjunto Istiércol a raíz del rollito, de que mis colegas se lo creyesen, e incluso pudimos tocar en Viña Rock 2006 con ese nombre. Calaña es Calaña, y será Calaña, pero me gustaría que no se olvidase nadie de Conjunto Istiércol, porque nos juntamos a tocar y eso ha quedado allí como quedó.
Tras debutar incluso en Viña Rock el pasado año como Domingo Calzado y Conjunto Istiércol, y registrar junto a Kolibrí bajo el nombre de Apología este primer álbum, os presentáis ahora como Calaña con el disco regrabado por “Uoho”. ¿A que se debieron todos estos cambios?
Marea ha sido un gran apoyo para nosotros. Marea nos abrió las puertas. Queríamos tocar en directo, y simplemente en ningún momento se ha condicionado la historia. Grabar con los Extremo puede parecer quizás que sea estar en una empresa enorme, pero personalmente Robe e Iñaki para nosotros han sido tan compadres. Hemos grabado nuestro primer disco con Kolibrí, incluso mi primera maketa, pero aquél primer disco fue un poco precipitado, y esta vez fue el rollo de grabar los temas de nuevo, quizás lo que se merecían los temas. Somos los mismos perros pero con distinto collar.
¿Cuál era el concepto que pretendías plasmar en este grupo a la hora de arropar las canciones?
Ha salido todo tan naturalmente que no podemos ni ponerle nombre. Ensayar dos días a la semana durante año y medio, juntarnos los fines de semana como colegas e ir a ver conciertos, o a echarnos unos cervezas y tirarnos hasta las cuatro de la mañana contando chistes, sacando la guitarra y tocando. Y luego juntarnos para tener un repertorio para poder juntarnos en una salita donde a la gente le apetezca escucharnos, y sin pensar en nada, sin intentar hacer lo que haya hecho nadie, sino juntarnos, tocar y poquito a poco ponerse en marcha en esta historia.
La aportación de cada músico en Calaña provoca quizás la riqueza en los detalles que hacen fluir la base flamenca entre guitarras con aportes de rock y blues y percusiones con matices diferenciados. ¿Qué se esconde musicalmente tras esas pinturas tribales que reflejan vuestros rostros? ¿Qué podemos encontrar en este disco?
Yo he aprendido que del mismo modo que es tan difícil tener una banda, el que unos colegas se crean mi música y la respeten tanto como para enriquecerla, yo creo que lo que hay detrás de cada uno es el respeto de uno hacia el otro. Antes tuve otra formación con otros músicos, y hacíamos los mismos temas, pero ahora es otra historia. El disco se escuchaba bien, lo cual te da una tranquilidad. Cuando suena bien, te relaja. Estamos halagados por el trato de Robe, por el trato de Iñaki, son unos colegas al fin y al cabo, es llegar a su casa, entrar hasta la cocina y hacerte un café. Estar en su casa y ser un colega tan majo, y hablando profesionalmente, yo la primera vez que grabo un disco de este calibre ha sido esta, y recuerdo el trato tanto de Robe como de Iñaki tan cercano, siéntete a gusto, prueba otra vez, tómate un minuto, descansa y fúmate un cigarro tranquilo. Les hemos cogido mogollón de cariño. Ambos se preocuparon mucho por la música que iba a salir de allí, por hacerlo bonito. Yo todavía flipo en mi casa. Es como juntarte con Camarón, es gente especial.
En “Camino del Hoyo” rescatas un tema de El Madriles que el propio Tomasito ya hiciese suya anteriormente. ¿Porqué escogiste este tema en concreto para hacer una versión?
Coges una guitarra un día y te sale. Veníamos de Vitoria, de tocar toda la noche por ahí, y recuerdo que estábamos repostando en una gasolinera. Yo estaba en la furgoneta, sentado atrás, no me veían, y estaba con la guitarra. Empecé a tocar “Camino del Hoyo”, y recuerdo que entró Mariano y me dijo que el que estaba echando el gasoil decía que como molaba, por lo visto se oía. A partir de ahí empezamos a hacerla a dos guitarras, y juntarnos con Alén y un bajista, y a huevo. A Alén le moló el rollito de la rumba funky. Ellos no conocen el tema. Yo conocía el tema de Tomasito, pero a Alén le gustaba la idea, lo que decía. Fue juntarnos, ver que sonaba guapa, y se quedó ahí ese tema. Fue muy divertido.
¿Sobre qué otros temas en especial nos llamarías la atención dentro del conjunto de este disco?
“Vacío” es el primer tema que compuse. Lo dejé en el local porque no lo tocaba con nadie, no sabía como tocarlo. Ahora ha nacido de nuevo, después de diez años, ha sido un embarazo de diez años. No hay ningún tema que me persiga ahora, he grabado un disco que me gusta, y me siento bien.
Las aportaciones de Domingo en discos de Marea o la presencia de Alén Ayerdi a la batería, ¿os aproximan en cierto modo al público rockero? ¿Qué tipo de público se puede encontrar en un concierto de Calaña?
Ha sido un encuentro multitudinario de cuatro personas distintas. Mariano tiene el aura rockera, yo tengo el aura flamenca, Alén tiene su propia aura. Que llegue al ambiente rockero es normal por Mariano y por Alén. La base flamenca es Domingo. Desde punkys hasta gitanos, rockeros o bluseros, ese es mi público y mola. A veces son muchos, a veces son pocos, pero hay de todo.
¿Es la fusión de estilos y el eclecticismo musical el camino necesario para la evolución artística del mundo de la música?
No creo que nadie pueda condicionar a la gente. Si tu sugestionas a la peña para que crean que haces flamenco, aunque tú no lo hagas, mucha peña estaría equivocada por la información que les das. Yo, como no sé que ha pasado todavía, me voy a creer lo que digan los demás. Yo lo definiría como rock flamenco, y pongo al rock por delante de flamenco. Para mí tener el flamenco cerca es tan fácil como decir que yo soy flamenco en un momento dado.
por j-kaos